Oficina de Fortalecimiento, Desarrollo Institucional y Acreditación
La Universidad mediante el Acuerdo 223 del año 1995, reglamentó el proceso de la
evaluación integral de los docentes, con la finalidad de ofrecer una educación de la
mejor calidad y estimular el mejoramiento académico de los profesores y de la
Institución.
Este acuerdo eestablece lineamientos para el buen desarrollo del
proceso de la evaluación, como lo son la periodicidad de la evaluación, quienes la
conforman, aspectos a evaluar, pesos para cada instrumento de evaluación,
responsables de aplicar la encuesta y consecuencias de la evaluación.
Teniendo en cuenta la vigencia de este acuerdo, sus procesos, los criterios de
evaluación y la necesidad de evidenciar sus finalidades en cuanto a la calidad
académica de la Institución, se hace necesario modificar el referido acuerdo a las
actuales exigencias del PEI, del Sistema Universitario de Investigación y de las
condiciones de alta calidad de la educación superior.
De igual forma, la Universidad concibiendo la evaluación docente como un proceso
integral que apoya la actividad y el desarrollo profesoral, establece en el Acuerdo
519 de 2010 (Plan Estratégico), el programa “Evaluación Docente con pertinencia”,
cuyo objetivo es “Elaborar los instrumentos de evaluación docente, acordes con el
proyecto educativo de la Universidad”.
Por los anteriores motivos, se diseña la presente política de evaluación, con el
objeto de establecer una estructura base que contenga los principios, criterios,
objetivos, metodología, procesos, procedimientos e instrumentos de evaluación
docente, que contribuyan a la generación de una cultura de la evaluación que sirva
de apoyo a los propósitos de la Universidad y a las necesidades de mejoramiento
de sus profesores, buscando siempre una retroalimentación permanente al proceso
de enseñanza.
Finalmente, y con el fin de contribuir al mejoramiento académico de los docentes, la
evaluación docente en la Universidad Autónoma se entiende como una evaluación
formativa y, por tanto, debe aportar al fortalecimiento de la cultura de la evaluación
como apoyo al desarrollo profesional del docente, ligada a la costumbre de evaluar,
al reconocimiento de su importancia y a la valoración como proceso que ayuda al
cambio y a la transformación personal, profesional e institucional
